Lo fantástico
En un mundo que es el
nuestro, el que conocemos, sin diablos, sílfides, ni vampiros se produce un
acontecimiento imposible de explicar por las leyes de ese mismo mundo familiar.
El que percibe el acontecimiento debe optar por una de las dos soluciones
posibles: o bien se trata de una ilusión de los sentidos, de un producto de
imaginación, y las leyes del mundo siguen siendo lo que son, o bien el
acontecimiento se produjo realmente, es parte integrante de la realidad, y
entonces esta realidad está regida por leyes que desconocemos. (…)
Lo fantástico ocupa el
tiempo de esta incertidumbre. En cuanto se elige una de las dos respuestas, se
deja el terreno de lo fantástico para entrar en un género vecino: lo extraño o
lo maravilloso. Lo fantástico es la vacilación experimentada por un ser que no
conoce más que las leyes naturales, frente a un acontecimiento aparentemente
sobrenatural.
Tzvetan
Todorov, Introducción a la literatura
fantástica
El
sentimiento de lo fantástico
Yo he
escrito una cantidad probablemente excesiva de cuentos, de los cuales la
inmensa mayoría son cuentos de tipo fantástico. El problema, como siempre, está
en saber qué es lo fantástico. Es inútil ir al diccionario, yo no me molestaría
en hacerlo, habrá una definición, que será aparentemente impecable, pero una
vez que la hayamos leído los elementos imponderables de lo fantástico, tanto en
la literatura como en la realidad, se escaparán de esa definición.
En vez de buscar una definición preceptiva de lo que es lo fantástico, en
la literatura o fuera de ella, yo pienso que es mejor que cada uno de ustedes,
como lo hago yo mismo, consulte su propio mundo interior, sus propias
vivencias, y se plantee personalmente el problema de esas situaciones, de esas
irrupciones, de esas llamadas coincidencias en que de golpe nuestra
inteligencia y nuestra sensibilidad tienen la impresión de que las leyes, a que
obedecemos habitualmente, no se cumplen del todo o se están cumpliendo de una
manera parcial, o están dando su lugar a una excepción.
Ese sentimiento de lo fantástico, como me gusta llamarle, porque creo que
es sobre todo un sentimiento e incluso un poco visceral, ese sentimiento me
acompaña a mí desde el comienzo de mi vida, desde muy pequeño, antes, mucho
antes de comenzar a escribir, me negué a aceptar la realidad tal como
pretendían imponérmela y explicármela mis padres y mis maestros. Yo vi siempre
el mundo de una manera distinta, sentí siempre, que entre dos cosas que parecen
perfectamente delimitadas y separadas, hay intersticios por los cuales, para mí
al menos, pasaba, se colaba, un elemento, que no podía explicarse con leyes,
que no podía explicarse con lógica, que no podía explicarse con la inteligencia
razonante. Ese sentimiento, que creo que se refleja en la mayoría de mis
cuentos, podríamos calificarlo de extrañamiento (…)
Terminaré este pequeño recuento de anécdotas con algo que me ha sucedido
hace aproximadamente un año. Ocho años atrás escribí un cuento fantástico que
se llama “Instrucciones para John Howell”, no les voy a contar el cuento; la
situación central es la de un hombre que va al teatro y asiste al primer acto
de una comedia, más o menos banal, que no le interesa demasiado; en el
intervalo entre el primero y el segundo acto dos personas lo invitan a
seguirlos y lo llevan a los camerinos, y antes de que él pueda darse cuenta de
lo que está sucediendo, le ponen una peluca, le ponen unos anteojos y le dicen
que en el segundo acto él va a representar el papel del actor que había visto
antes y que se llama John Howell en la pieza.
“Usted será John Howell”. Él quiere protestar y preguntar qué clase de
broma estúpida es esa, pero se da cuenta en el momento de que hay una amenaza
latente, de que si él se resiste puede pasarle algo muy grave, pueden matarlo.
Antes de darse cuenta de nada escucha que le dicen “salga a escena, improvise,
haga lo que quiera, el juego es así”, y lo empujan y él se encuentra ante el
público... No les voy a contar el final del cuento, que es fantástico, pero sí
lo que sucedió después.
El año pasado recibí desde Nueva York una carta firmada por una persona
que se llama John Howell. Esa persona me decía lo siguiente: “Yo me llamo John
Howell, soy un estudiante de la universidad de Columbia, y me ha sucedido esto;
yo había leído varios libros suyos, que me habían gustado, que me habían
interesado, a tal punto que estuve en París hace dos años y por timidez no me
animé a buscarlo y hablar con usted. En el hotel escribí un cuento en el cual
usted es el protagonista, es decir que, como París me ha gustado mucho, y usted
vive en París, me pareció un homenaje, una prueba de amistad, aunque no nos
conociéramos, hacerlo intervenir a usted como personaje. Luego, volví a N.Y, me
encontré con un amigo que tiene un conjunto de teatro de aficionados y me
invitó a participar en una representación; yo no soy actor, decía John, y no
tenía muchas ganas de hacer eso, pero mi amigo insistió porque había otro actor
enfermo. Insistió y entonces yo me aprendí el papel en dos o tres días y me
divertí bastante. En ese momento entré en una librería y encontré un libro de
cuentos suyos donde había un cuento que se llamaba “Instrucciones para John
Howell”. ¿Cómo puede usted explicarme esto, agregaba, cómo es posible que usted
haya escrito un cuento sobre alguien que se llama John Howell, que también
entra de alguna manera un poco forzado en el teatro, y yo, John Howell, he
escrito en París un cuento sobre alguien que se llama Julio Cortázar.
Yo los dejo a ustedes con esta pequeña apertura, sobre el misterio y lo
fantástico, para que cada uno apele a su propia imaginación y a su propia
reflexión
Julio Cortázar
Conferencia
dictada en 1982 en la U.C.A.B. (Universidad Católica Andrés Bello, Venezuela)
Temas:
La metamorfosis: cambio de un ser a otro que adquiere en el cuento fantástico un carácter cruel. La bestia surge como el aspecto negativo del hombre.
La metamorfosis: cambio de un ser a otro que adquiere en el cuento fantástico un carácter cruel. La bestia surge como el aspecto negativo del hombre.
El retorno del más allá: tema de raíces folklóricas centrado en los
aparecidos, los fantasmas, los seres que por las noches abandonan sus tumbas,
etc.
El doble: tema con seres desdoblados,
de vidas paralelas, de la personalidad doble en las perturbaciones psíquicas,
el hipnotismo, el sueño, la liberación de las facultades primarias del hombre
por las drogas.
Lo visible y lo invisible:
ligados al tema del más allá, juegan con la posibilidad de ver lo que no es
visible como el alma, u ocultar lo visible como el cuerpo.
El tiempo: se vuelve circular y eterno
o sufre interrupciones, posibilita viajes hacia el pasado o el futuro.
El espacio: lugares que desaparecen, cambios en los tamaños, penetrabilidad de las cosas, espacio infinito, discontinuo o extra dimensional.
El espacio: lugares que desaparecen, cambios en los tamaños, penetrabilidad de las cosas, espacio infinito, discontinuo o extra dimensional.
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