A principios del siglo XX, luego de la primera
guerra mundial, los artistas en distintas áreas llevaron a cabo una serie de
reformulaciones del arte. Hasta el momento las manifestaciones artísticas eran
sublimaciones más o menos cercanas a la realidad, idealizaciones de la belleza
o la fealdad que daban como resultado obras admirables.
Los vanguardistas, influidos por el espíritu
de los sobrevivientes a la guerra, observadores del caos y destrucción del
mundo, decidieron romper las estructuras del arte y crear como si fueran los
primeros. Su inspiración fueron la nada, los sueños, los estados de alteración
(uso de drogas y alcohol). También se apartaron de los formatos y mezclaron
estilos, alteraron la sintaxis, utilizaron metáforas y símbolos nuevos. El
término vanguardia alude a las formaciones de los ejércitos que van al frente,
simboliza las intenciones de originalidad y reforma de este grupo.
Entre otras, las vanguardias más importantes
fueron:
Surrealismo: es una expresión creada a partir del dadaísmo, cuyo principal
representante fuera Tristán Tzara. El movimiento surrealista se organizó en Francia en la década de 1920
alrededor de André Bretón quien, inspirado en Sigmund Freud, se interesó por
descubrir los mecanismos del inconsciente y sobrepasar lo real por
medio de lo imaginario y lo irracional. Consistía en la captación de la
coincidencia-realidad surgida en un personaje, cuando vive un hecho que le
provoca recuerdos. Los sueños y
alteración de la conciencia fueron sus herramientas de expresión.
Cubismo: nació en Francia hacia 1906. Sus rasgos principales son la representación de la
realidad en todos sus planos, el desdoblamiento del autor, el juego gráfico con
palabras, el uso del humor, la sustitución de la realidad por figuras
geométricas. Los inpiradores del movimiento fueron Pablo Picasso y Georges
Braque, ambos pintores y escultores. En literatura, el autor sobresaliente fue
Guillaume Apollinaire, autor de caligramas.
Dadaísmo: Surgió en Zúrich, Suiza, entre 1916 y 1922. Hugo Ball y Tristan Tzara se hicieron notar como fundadores y
principales exponentes. El movimiento creció y rápidamente se extendió a Berlín
y a París. Uno de los motivos que llevó al surgimiento de DADA fue la violencia
extrema y la pérdida de sentido que trajo la Primera Guerra
Mundial.
Los dadaístas consideraban el arte una manifestación efímera, por lo tanto sus
obras solían ser eventos en los que luego de leer o mostrar obras de arte,
éstas eran destruidas. En los conservados se observa el juego con las grafías y
palabras aparentemente inconexas.
El poema dadaísta solía
ser una sucesión de palabras y sonidos, lo que hace difícil encontrarle lógica. Se distinguió por una
inclinación hacia lo incierto y a lo absurdo. Por su parte, el procedimiento
dadaísta buscaba renovar la expresión mediante el empleo de materiales
inusuales, o manejando planos de pensamientos antes no mezclables, con una
tónica general de rebeldía o destrucción.
Ultraísmo: El ultraísmo apareció en España entre 1918 y 1922 como reacción ante el modernismo, que pretendía hacer
del poema una escultura llena de adornos e inalcanzable para la gente común.
Fue uno de los
movimientos que más se proyectó en el mundo de habla hispana, contribuyendo al
uso del verso libre, la proscripción de la
anécdota y el desarrollo de la metáfora, que se convertiría en
el principal centro expresivo. Fue influido por poetas como Vicente Huidobro y Guillaume
Apollinaire.
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